“Los Fantasmas” Paola Palma Rojas

Primer lugar del Concurso de Cuento «El espacio que podemos ocupar»

 

“Los Fantasmas”

 

Cuando desperté, descubrí que estábamos en medio de una pandemia… al principio, todos pensaron que no sería grave. Volveremos a vernos pronto, dijeron. Se equivocaron. Ya hace mucho tiempo que nadie viene a visitarme.

Las puertas, las ventanas, mis ojos están cerrados.

Ya nadie me recorre. No hay risas, ni abrazos, ni movimiento.

Tampoco hay música flotando por el aire. Las vibraciones de los corazones que soñaban despiertos escuchando esa música se han ido.

Estoy sólo, me siento sólo, pero pienso en ellos. En todos los que venían cada día a visitarme para soñar. Ellos también deben sentirse solos, vacíos, desesperados. Para ellos soy un templo, un refugio, un hogar. Aquí se conocieron parejas, se encontraron amigos del alma. Los solitarios hallaron una familia. Muchos otros, encontraron una vida alterna más plena.

Por años, incluso por décadas, fueron fieles al ritual. Mantuvieron viva la emoción de esas veladas, de esos rencuentros que, aunque parecían repetirse semana tras semana, nunca eran lo mismo. Y así, orientaban todos sus días sólo para vivir juntos de nuevo, esos preciosos momentos de comunión.

Para nosotros el tiempo pasaba distinto… Ahora ya no pasa. Todo está inmóvil.

La enfermedad nos encerró.

Con ella llegó el silencio, la separación, el miedo.

La música ha dejado de sonar. Se acabó el contacto cercano entre dos cuerpos desconocidos. Se acabaron los abrazos, aun entre los que son cercanos.

Nadie viene a visitarme. Soy un lugar prohibido. Inhabitable.

Nadie me acaricia con sus zapatos aterciopelados a ritmo de un sabroso danzón, o de un tango trágico. Se acabó la alegría de la cumbia, la sensualidad de la salsa, el ajetreo de un buen rock and roll. Ya nadie sueña volar mientras baila.

El silencio que sufro es como la muerte. Vivo habitado de fantasmas. No hace falta que me esfuerce mucho para verlos. Tengo tantos recuerdos para evocar que casi se materializan frente a mis ojos. Su reverberación me impregna…

Mis fantasmas son las damas que serán siempre jóvenes dentro de mis brazos. Los hombres comunes que bajo su apariencia anodina son más gentiles y cabales que el príncipe más hermoso de cualquier cuento de hadas. Los muchachos y muchachas tímidos que encontraron en el movimiento del cuerpo una manera para expresar lo que no se atreven a decir con palabras.

Son tantos, en todos estos años, han sido tantos mis visitantes. Llevo impresos en mi alma sus rostros, sus huellas.

A veces, entre tanto silencio, me da por pensar que el fantasma soy yo. Puede ser que esté soñando que existo y no sea así… otros como yo, hace mucho que se fueron. Incluso antes de este encierro, la enfermedad del olvido acabó con ellos.

Ojalá alguien viniera y me despertara de esta alucinación de no-ser. Desearía tanto escuchar a una orquesta llenando el aire de sonidos vivos, de percusiones, de cantos. ¡Eso me haría saber si es que sigo vivo! Sentiría fluir mi aliento, mi corazón latería con ritmo y de nuevo tendría voz.

El espacio que ocupo se ha quedado hueco, abandonado como un cascarón. No me engaño, estoy mudo. En mí sólo queda el silencio y si acaso, el eco de algún objeto mal puesto que, al caer, deja un ruido seco como rastro. Tengo miedo, estoy perdido. ¡Soy un salón de baile! ¡Me muero en el silencio!

 

Paola Vanessa Palma Rojas

 

Imagen obtenida de: “Freepik” https://www.freepik.es/vector-gratis/salon-baile-ilustracion-grande-lampara-pasillo-palacio-columnas-suelo-baldosas_3090661.htm

 

“Ciudad Veinte Veinte” Sandra Lucía Rodríguez

Segundo lugar del Concurso de Cuento «El espacio que podemos ocupar»

 

“Ciudad Veinte Veinte”

 

Cuando desperté, descubrí que estábamos en medio de una pandemia. El gobierno decretó estado de cuarentena esta mañana. Todos los comercios cerrados, las fronteras cerradas, el mundo paralizado. La televisión estaba encendida, Emma en su teléfono pasaba de una red a otra y en todas se repetía lo mismo, una y otra vez, palabras que sólo había escuchado en películas de ficción, ahora formaban parte del desayuno: letalidad, confinamiento, contagios, virus, muertes…

Hace poco, cuando nos enteramos que Andros ya tenía 2 meses, todo esto era apenas un rumor lejano. Había escuchado por ahí sobre un extraño virus que alertó a los chinos, cuando apenas se sabía de una decena de casos. Me acuerdo que me sorprendí, me pareció que exageraban. Apenas 10 muertos y todo este pánico. Existen enfermedades a nivel global que matan a miles de personas diariamente. Pensé.

Esperamos la llegada del bebé para julio, se pronostica que el pico de la pandemia sea en mayo, así que, para entonces, seguro todo habrá terminado.

Nota de voz Z3-21: 23 de marzo de 2020, la fecha en que mi papá escribió esto entre sus apuntes.

Papá y mamá. Recordarlos me llena de nostalgia, a pesar de que apenas los conocí. Las fotos en sus redes sociales y las notas de la vieja computadora de mi padre son todo lo que tengo de ellos, de la vida de antes, la vida con abrazos, besos en la sala de cine, soplar las velitas, festivales en el desierto, marchas en grandes avenidas, terminar la semana con cerveza y amigos.

Nada de eso queda ahora. Lamentablemente, a los dos se los llevó el virus, fue durante mis primeros años de vida. Ellos no fueron los únicos. Dos terceras partes de la población mundial terminó hecha cenizas.

Yo nací en julio de 2020. Desde entonces mi vida ha sido a través de las pantallas, mi vida y la de todos.

[Conectando…]

Bienvenido a “Twenty-Twenty”.

Ubicación: Cafetería Strada, 94 rue du Temple, París.

– ¿Ilia?

[Aparecen hologramas sentados en la mesa de una cafetería]

– Hola, Andros. Bonito lugar. ¿Qué tal tu día?

– Sí, quería que lo conociéramos. Pues… seguimos trabajando en la intervención del sector Naucalpan, algunos renders ya están terminados, mira. [Aparece pantalla] No imaginarás en qué estado se encontraba, me sorprende incluso que no se haya hecho desde hace años. El lugar tiene mucho potencial. Es sorprendente como ahora la periferia más compleja puede resultar un gran sitio, hemos triunfado en la lucha contra el espacio.

– ¡Wow! Tienes razón ¡está increíble! Vamos cuando esté terminado.

– Claro que iremos. ¿Y tú, Ilia? ¿Qué me cuentas? Lo vi en las noticias, pero quiero escucharlo de ti.

– Como sabrás entonces, terminaron de descontinuar los primeros drones repartidores. Ahora una flotilla de NX-83 sobrevuela la ciudad en ruinas, cientos de ellos. Tienen un sistema automatizado con rutas marcadas. Ahora tienen más capacidad de soporte por lo que pueden llevar todo tipo de cosas.

– ¡Pues muchas felicidades!

– Oye, y no me has dicho a dónde iremos hoy.

– Te encantará.

[Compartiendo ubicación]

[Aparecen dos hologramas andando en bicicleta]

Nota de voz Z3-22: Pedaleamos por varios kilómetros a lo largo de una costa en Noruega, nos detuvimos en un malecón con vista al norte, normalmente este sitio es agreste, una construcción jamás hubiese sido posible en la realidad material. Desde aquí se puede observar cómo se curva la tierra.

Platicamos en un agradable ambiente, le conté más acerca de mi trabajo. Mei Yang, la creadora de “Twenty-Twenty”, entonces una adolescente geek, ahora la mujer más rica del mundo, quiso “ayudar” a la generación Alpha1 a conocer cómo se vivía al exterior antes del comienzo de la pandemia. Usando simplemente las características de Google Street, recorridos y citas virtuales. Un nuevo mundo, donde es posible mantener contacto con otras personas.

Se popularizó rápidamente gracias a que satisfacía la necesidad de salir del encierro. Comenzó a evolucionar, la demanda global lo hacía seguir creciendo y transformando la vida de las personas.

Al sumergirse en él, una calle lejana o peligrosa, se transforma en una rambla o en el paseo más impresionante; malecones al costado de los mares más fríos y de hermosos paisajes salvajes; favelas brasileñas se transforman en calles coloridas y hermosos recorridos donde puedes detenerte a tomar una caipiriña. Ahora abundan terrazas y balcones con vistas excepcionales en lo que fueron oscuros callejones de asentamientos urbanos en topografías irregulares; las banlieu2 europeas, se conectan a diferentes alturas entre sus edificios con paseos ciclistas; en los campos que circundan las ciudades, piezas de arte contemporáneo emergen de manera aleatoria al deambular; las calles principales de vocación comercial en los barrios de Iztapalapa y Tultitlán se pavimentan como calles peatonales, al tiempo que los comercios se posicionan al exterior y brindan toda clase de amenidades y llenan de color su gris característico; los centros históricos de Zacatecas o Florencia resaltan la limpieza y el brillo de sus piedras. Si un barrio o sitio no es agradable, puede embellecerse y tornarse en una experiencia cautivante.

Mei Yang rompió los paradigmas de la periferia y las impotencias de las ciudades antes de la pandemia. Ahora todo era posible, como visitar los sitios más lejanos o caminar de noche por las calles más peligrosas de Corea, Bangladesh o Senegal.

Esos viajes por las calles de la Ciudad de México, en antiguas ciudades europeas o en las más modernas asiáticas son lo que nos ha mantenido cuerdos todos estos años. Aunque la realidad es otra, el espacio que podemos ocupar se reduce a la sala, el cuarto, la cocina y el baño.

Después de horas de platicar, nos despedimos.

Nota de voz Z7-94: La vida en el simulador es muy diferente a la que existe allá afuera. Años de abandono han deteriorado las construcciones, autos y estructuras oxidadas, zonas industriales ahora son de nuevo el hábitat de la fauna que fue despojada de su territorio hace décadas. El daño de puentes y edificios los han hecho colapsar.

La población restante se ha contenido en edificios inteligentes que han impedido hasta ahora la propagación del virus. Hace años que los noticieros dejaron de documentar estos deprimentes escenarios, principalmente porque ya a nadie le interesan.

Nota de voz Z9-16: El día de hoy, 23 de mayo de 2051, se declara oficialmente el fin de la pandemia. Las recientes pruebas a la cura contra el SARS-CoV-2 han sido satisfactorias. Salir está permitido.

[Tono de videollamada]

[Conectando…]

– Andros ¿ya viste…? – dijo Ilia apresurada.

– Ya – Contesté impaciente.

– ¿Y?

– No sé, no sé qué decirte, no lo creo todavía.

– ¿Te puedo ver?

– Me estás viendo.

– Sabes a lo que me refiero.

Nota de voz Z9-25: Muero de ansiedad. ¿Qué hay allá afuera? Me da miedo salir sin la seguridad que me daba la virtualidad. No sé ni siquiera para qué quiero salir, no tengo a dónde ir. Sólo quiero ver a Ilia. Cómo podría enfrentar un mundo de devastación, me preguntaba qué pasaría. La palabra destino rondaba mis pensamientos sin detenerse, las interrogantes no dejaban de llegar amontonadas una tras otra.

Nota de voz Z11-03: Han pasado tres semanas, muchas personas perdieron varios días la cordura. Sin duda fue un evento catastrófico. Eran como fieras recién liberadas de su jaula, aunque la mayoría ni siquiera se atrevió a poner un pie afuera, y es que al parecer, el lugar que nos mantuvo a salvo, al mismo tiempo era nuestro cautiverio.

Me reuní con Ilia, quedé paralizado cuando la vi, parada delante de mí, no pude hacer más que decirle un simple hola. Años de conocerla y no supe qué decirle primero. Aunque en realidad deseaba abrazarla con fuerza, sentir su aroma, tocar su piel, mas no pude. Ella respondió igual, con frialdad. Una vez más sentí un temor profundo hacia el porvenir.

Juntos caminamos por las calles que recién se abrían ante nuestros ojos, eran imágenes apocalípticas. Caminamos hasta cansarnos y fuimos descubriendo que en nada se parecía a la realidad que construimos virtualmente. Sin duda con las limitaciones que la realidad misma te pone, sería imposible modificar el espacio a la velocidad en que lo hacemos en línea. No es posible construir un puente con tres clics.

Nota de voz ZZ-5334: Han pasado 17 años desde el fin de la pandemia. A pesar de nuestros esfuerzos por querer replicar lo que construimos en el simulador, descubrimos que esa no era la vía y aunque la tecnología ha continuado su avance, todo ha cambiado. Los drones dejaron de repartir bienes, ahora son utilizados como sistema de riego para nuestras cosechas; la energía es renovable, los autos han dejado de existir casi por completo, ahora los transportes son sistemas eficaces que conectan nuestras comunidades sin contaminar. La mancha gris de las grandes ciudades desaparece cada día en la medida en que la naturaleza avanza. La imagen de este nuevo mundo es verde.

Sandra Lucía Rodríguez Zúñiga

 

1 Nombre que recibe la población que nació a partir del año 2010.

2 Palabra en francés que denomina a la periferia de las grandes ciudades, donde su tipología se basa en edificios multifamiliares de alta densidad.

 

Ilustración de: Sweeney, Will “Gotham, Camelot o Atlántida: qué visitar en las ciudades imaginarias más populares”, Periódico El País, ICON, 27 de mayo de 2018, https://elpais.com/elpais/2018/05/25/icon/1527243511_532318.html

 

 

CoResponsabilidad en hacer ciudad para todos: una solución sistémica

Por: Andrés Sañudo, CoRe Ciudades Vivibles y Amables A. C. & Reurbano.

A nivel mundial, nacional y de la Ciudad de México, la creciente desigualdad económica y social se ha manifestado de forma concreta y alarmante en la segregación espacial de la población: las ciudades están cada vez más divididas en función del ingreso.

En las últimas décadas, la concentración de la riqueza se ha incrementado, los salarios se encuentran estancados, el precio de la vivienda ha crecido de forma sustancial y cada vez son más los mexicanos dentro del “sector informal de la economía”. Lo anterior, en correlación con las normas e incentivos de desarrollo urbano con los que contamos, han hecho que la máxima del desarrollo inmobiliario de “ubicación, ubicación, ubicación” se vuelva un sueño guajiro e impagable para la mayoría de los mexicanos.

Los resultados nos obligan a realizar las cosas de manera diferente. Pero, ¿quién debe ser el responsable de comandar este cambio?

Hoy abundan los manuales, lineamientos y guías para el desarrollo urbano sustentable e incluyente, realizados por diversos agentes y especialistas, que detallan el abanico de instrumentos y experiencias que la Ciudad de México podría explorar para avanzar hacia una ciudad de distancias cortas, tanto en los trayectos como entre las personas con distintos contextos e ingresos. Al mismo tiempo, nos encontramos inmersos en un sentido de urgencia para evitar la catástrofe ambiental que, para quienes confiamos en la ciencia, se avecina en un futuro tan “lejano” como 15 a 20 años. La expectativa es tan avasalladora y oscura que nos ha paralizado. La ONU ha propuesto un marco de actuación para enfrentarlo: los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y su respectiva agenda. Más allá de los compromisos políticos de “cumpliremos con el __% de agenda para el año 20__” y tomarse una foto, la realidad es que no avanzamos, ni de cerca, a la velocidad que demanda el reto multidimensional.

Debemos de estar conscientes de que se requieren medidas innovadoras, “fuera de la caja”, y también recuperar soluciones de “las cajas del pasado”. Por si fuera poco, estamos obligados a operar de manera distinta en todas las escalas: personal, familiar, barrial, social, regional, nacional e internacional. Sin embargo, cada vez que comenzamos esta discusión nos enfrascamos en una disputa dicotómica de Estado versus Mercado. En la defensa a ultranza de cada uno de los extremos, perdemos la objetividad de cada uno de los actores y sus realidades.

No hay duda de que el Estado debe tener un rol preponderante en la generación de condiciones de redistribución y ser el “driver” principal de un cambio sistémico que mediante garrote y zanahorias, y asumiendo riesgos, alinea los objetivos del mercado con aquellos de una sociedad diversa, equitativa, democrática, incluyente y sustentable. Pero es evidente que el Estado no puede solo, basta con realizar una evaluación de calidad y mantenimiento a los servicios públicos.

Foto: @magnolia.bluebird

El mercado también nos ha demostrado lo mismo, que es completamente dependiente del brazo de la regulación y los incentivos para siquiera plantearse integrar una agenda social y de desarrollo incluyente dentro de sus planes. La documentación de las “contradicciones internas del capitalismo” es amplísima y proviene de una gran diversidad de corrientes económicas. Recientemente, los comentarios del premio Nobel de Ciencias Económicas, Joseph Stiglitz, dieron la vuelta al mundo al pedir la declaración de la muerte del neoliberalismo con base en sus resultados y demandando la implementación de una nueva generación del capitalismo, el capitalismo social.Si el capital se convierte en la única forma de producción de ciudad, entonces el diseño urbano vive en la tiranía de la rentabilidad. 

Una mejor ciudad, sin duda, implica que el capital tenga menos influencia en su diseño, pero tampoco puede ser a costa de la negación del mercado. Aquí es donde surge la pregunta ¿qué fregados es el mercado? Son las reglas del juego: el qué, cómo, cuándo, dónde, quién. Esas reglas históricamente las ha construido el propio Estado, y en los casos más virtuosos, a través de mecanismos serios e informados de participación ciudadana. Por lo tanto, el Estado es más que un mero “interventor” del mercado o mitigador de algunos riesgos. Como plantea Mariana Mazzucato, el Estado es el principal creador de mercados, y en muchos casos, no solo mediante la reglamentación o la mitigación de riesgo, sino también a través de la inversión directa e innovadora en sectores en los que ningún fondo de capital de riesgo hubiera entrado.

Es decir, lo que se conoce como la neoliberalización del desarrollo urbano no es otra cosa que un mercado creado. El problema está en la poca evaluación y autocrítica de sus resultados y de sus premisas fundamentales. Como dicen los White Stripes, no puedes hacer del efecto la causa. La segregación urbana y la falta de oportunidades de vivienda adecuada en suelo dotado de equipamiento para todos los niveles de ingreso, no son por el desarrollo inmobiliario actual (el efecto). La desigualdad urbana que vemos hoy son el mero resultado (previsible) de un conjunto de políticas, normas e incentivos – las reglas del juego, del mercado que se creó.

Foto: @t_saba45

Siendo el Estado el principal responsable de generar las condiciones para lograr una mayor equidad y romper con la segregación espacial, en las últimas décadas no solo se ha retirado de la producción activa de la ciudad, sino que muchos de los “incentivos” que ha puesto sobre la mesa apuntan en el sentido contrario, generando un efecto exponencial. Para que no extrañemos la palabra de moda en la discusión urbana, la gentrificación, ha sido principalmente comandada desde el Estado. Estos son algunos ejemplos:

  • El Estado ha dejado de participar activamente en el fomento de bancos de suelo intraurbano que puedan ser desarrollados de forma pública, privada o mixta, guiando el desenvolvimiento urbano de forma ecualizada con cabida para la vivienda asequible, equipamiento y servicios que el “mercado” no está volteando a ver como son el sector educativo, cultural o de salud.
  • Por el contrario, hemos visto algunos ejemplos en donde incluso se ha pensado en vender las reservas territoriales intraurbanas, en ocasiones sin garantizar que los proyectos o parte de ellos contemplen espacios para el equipamiento y la vivienda asequible o social.
  • Se suman décadas de diseño e implementación de incentivos focalizados en el desarrollo de la vivienda social “en donde se pudiera”, fomentando la dispersión urbana y sus consecuencias sociales, económicas y ambientales.
  • Los instrumentos de planeación estratégica fueron olvidados, y cuando se han intentado utilizar, se optó por estructuras poco transparentes, con carencia de rendición de cuentas y sin una clara agenda urbana. Se ha creído que con generar un mapa de colores y potenciales prospectivos (zonificación tradicional) es suficiente para que después el propio “mercado” genere los espacios inmobiliarios necesarios y potencie el valor social de la ciudad.
  • Mediante este diseño normativo y la inversión pública histórica en infraestructura, se ha creado una superconcentración de la actividad económica y social de la ciudad. Un claro ejemplo es como la zonificación de las avenidas Reforma e Insurgentes ha incentivado la concentración de los desarrollos de oficinas y usos mixtos en ambos corredores. La probabilidad de que una persona “aleatoria”, que se desenvuelve en la Ciudad de México, trabaje en las inmediaciones de estas avenidas es muy alta. Por lo tanto, una gran mayoría de la población desea vivir en las colonias más cercanas a estos corredores. Mientras no modifiquemos estructural y sistemáticamente el abanico de reglas e incentivos, seguirán accediendo a estas ubicaciones los que más puedan pagar.
  • No ha habido esfuerzos ni inversiones suficientes para replicar en otras ubicaciones las características que hacen de las colonias “en gentrificación” más atractivas para vivir: cercanía al empleo, equipamiento, cultura, espacio público, conectividad, etc. Entonces las personas y familias en posición para comprar una vivienda, concentran la búsqueda alrededor de las mismas ubicaciones.
  • La inversión pública destinada a acercar a las personas a sus trabajos se ha orientado de forma equivocada: los 70 mil millones del tren de Toluca podrían haber servido para hacer un banco de suelo de más de 2 millones de m2alrededor de infraestructura de transporte ya existente; con edificaciones de 6 niveles y 20% de área libre, impulsando la construcción en forma tripartita de más de 110,000 viviendas para ingresos mixtos.
  • En otras ocasiones se ha regulado con buena intención pero sin tomar en cuenta la realidad financiera, y por lo tanto no se logran modificar los comportamientos. Por ejemplo, la Ley de Vivienda para los Trabajadores que en algunas zonas incrementa la densidad y otorga la posibilidad de hacer un nivel más, siempre y cuando todas las unidades se vendan dentro del límite de Infonavit. Dicha condición implica que un departamento de 80m2tenga un valor máximo por metro de $22,500. En las zonas en donde es necesario incentivar vivienda asequible con mayor fuerza no es anormal ver precios por metro de $40,000 o más, trayendo como consecuencia que muy pocos utilicen el incentivo.
  • Además de reglas claras y certidumbre, es necesario realizar pequeñas inversiones para que las dependencias públicas cuenten con los mejores recursos técnicos y humanos disponibles para entregar el servicio más eficiente y obtener las mejores negociaciones para la ciudad. Cada vez es menos común ver que, incluso en los proyectos pequeños y sencillos como 20 departamentos, los tiempos de gestoría rebasen los 2 o 3 años. Esto implica un costo financiero sobre el valor del suelo de entre 1 y 1.5% mensual, bajo las condiciones actuales del mercado de inversión inmobiliaria; el incremento se busca integrar al precio final de las viviendas.

Resulta fundamental reconocer y caracterizar las acciones que nos han traído hasta aquí, así como la necesidad de sostener una discusión pública sobre costos, rentabilidades esperadas, y aspectos elementales del desarrollo urbano como el valor residual del suelo. Es necesario que todos los actores conozcamos las aportaciones y expectativas del resto.

Peter Park, especialista en regulación urbana, expuso en su participación durante el segundo Foro Urbano CoRe que el desarrollador inmobiliario se dedica a mitigar riesgos durante el proceso. Si lo que buscamos es que el status quosea cumplir con el canon: proyectos mixtos, densos, compactos, orientados al transporte, incluyentes, diversos, plurales, etc. tenemos que dejar de depender de la innovación de uno que otro que se atreva a intentar y probar, asumiendo un mayor riesgo. Hoy rentarle a un Starbucks o venderle a alguien de ingresos medio altos disminuye el riesgo. Si queremos al café local o llegar a menores ingresos tenemos que afectar la relación riesgo/beneficio de esa balanza. Necesitamos que la ciudad justa sea la que entregue retornos competitivos a menor riesgo y el rol del Estado es una condición necesaria.

No basta con castigar o cobrar mitigaciones a quien desarrolla en contra del canon, se tiene que premiar a quien lo haga alineado con una ciudad para todos de manera sostenible, si es que pretendemos llegar a las metas que marcan la Nueva Agenda Urbana y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Pensar en vivienda adecuada y asequible, es pensar en: inversión pública, APP de suelo, subsidios, disminuir la carga fiscal a quien venda/rente por debajo del valor de mercado, obligar a incluir un porcentaje de vivienda asequible, bonos de densidad, captura de plusvalías, entre otros. Hay que pensar fuera de la caja para provocar nuevos resultados, impulsar un rol del Estado protagonista que invierta y no solamente facilite, fomentar mecanismos que generen cambios reales y plausibles; pero lo que no podemos seguir haciendo es esperar que las mismas reglas entreguen resultados diferentes. Es un escenario que debemos de tomar en serio para lograr ciudades para todos.